sábado, 29 de mayo de 2010

La elegancia del erizo


Título: La elegancia del erizo
Autora: Muriel Barbery
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2007

Muriel Barbery, joven autora de este libro y profesora de filosofía, no ha podido librarse de su bagaje filosófico a la hora de escribir el que hasta ahora ha sido su libro más conocido. Si a esto le añadimos que la novela enseguida fue llevada al cine y que supuso asimismo un éxito cinematográfico, podemos pensar que nos hallamos ante un fenómeno sociológico más que literario.

No he visto la película (aunque pienso hacerlo en breve puesto que es un género que me gusta y no deja de sorprenderme con las particulares adaptaciones de novelas) pero estoy deseosa de saber cómo se han sustentado esos reglamentarios noventa o más minutos que debe tener todo largometraje puesto que la historia en sí (si nos referimos a la acción) no es que dé para mucho, o lo que es más, cómo se ha llevado a la pantalla ese frescor y espontaneidad con que la novela está escrita.

El texto, o mejor debería decir los textos, porque con tipografía diferente pero también con tono diferente se intenta presentar los más profundos pensamientos de una aparentemente vulgar portera cincuentona y de una niña rica adolescente, fluyen en esa técnica llamada monólogo interior hilvanando hechos con interpretaciones personales y alguna que otra idea de esas llamadas “filosofía de vida” que dejan al lector con una sonrisa en los labios por poner al descubierto actitudes banales a las que mucha gente da importancia y que hacen que resulten ridículas en un mundo plagado de gente carente de afectos e insensible a cualquier forma de relación con lo que les rodea sea éste persona, animal o cosa.

Frente a un mundo de ricos frívolos para los que tan sólo prevalece el dinero, la apariencia y el orgullo, Barbery crea un rico aunque sencillo mundo interior para cada uno de los personajes femeninos. Dos mundos que al final de la novela llegan a converger durante un breve tiempo y que sirven no sólo para que estos personajes descubran la felicidad en los momentos más cotidianos de la vida (tomarse un té mientras se habla de lo que se piensa o de lo que nos gusta o incluso de lo que nos atemoriza y sobre todo el Arte en todas sus formas como fuente de felicidad), sino también para descubrirle el sentido de la vida a una adolescente confundida que no encaja en un mundo reducido a meros actos protocolarios e hipócritas. Paloma, la muchacha con tendencias suicidas y pirómanas que encontramos al principio de la novela, llega a comprender la esencia de la vida, a encontrar la belleza en este mundo y a valorar la vida como algo bello que nos ha sido dado.

"Pensando en eso esta noche, con el corazón y el estómago hechos papilla, me digo que a fin de cuentas quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual. Es como si las notas musicales (alguien toca el piano en el momento en que sube a casa de la portera muerta) hicieran una suerte de paréntesis en el tiempo, una suspensión, otro lugar aquí mismo, un siempre en el jamás.

Sí, eso es, un siempre en el jamás."